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Alberto Reguera y el Paisaje de la Sensación.

"La búsqueda de Alberto Reguera es de un lenguaje poético que describe la sensación de luz. El iimz el paisaje, pero sus temas son también el ojo interior, la mente, el sistema nervioso y la memoria." Rex Weil.

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  • Autor:
  • Rex Weil

Nuestro conocimiento de la Naturaleza es fragmentario, trágico, casi siempre iluso. En el mejor de los casos, observamos y registramos y probamos / observamos y registramos y probamos de nuevo. Las más pequeñas comprobaciones de los fenómenos nos procuran una satisfacción desmedida. Esta lenta y segura tramsiposición de la informacion útil y fiable es el lenguaje de la ciencia.

EIncluso así, nuestra forma mas preciosa y fundamental de experiencia es la sensación directa inmediata. La sensación es conciencia entes de ponerla en palabras. Y la pintura es, ciertamente, el idioma más antiguo para la expresión de la sensación.Durante al menos cuarenta mil años (y tal vez muchos más), Ia pintura ha sido el lenguaje de la verdad de Ia sensación. Como todas las formas de lenguaje humano, es una proposición en evolución que asimila, examina, acepta y rechaza nuevas y viejas intuiciones. Revoloteamos, aunque valientemente, con alas rotas.

“Por supuesto, este ego, este ego creador, espontáneo, considerado. habla del Cuerpo y todavía quiere al cuerpo, incluso cuando poetiza y delira y revolotea con alas rotas. Aprende a habhar cada vez con más honestidad, este ego, y mientras más aprende, más y honores halla para el cuerpo y la tierra.”

— Friedrich Nierzsch.E, Zoratustra, I Parte.

La búsqueda de Alberto Reguera es de un lenguaje poético que describe la sensación de luz. El iimz el paisaje, pero sus temas son también el ojo interior, la mente, el sistema nervioso y la memoria. Aunque estudia la luz del sol reflejada por la atmósfera y el agua, lo que más importa es su capacidad para captar y recrear la delicada excitación de la percepción humana. Sus cuadros sintetizan la escena y la sensación, aprension y temor reverente. Él coloca nuestros egos sensuales no como observadores objetivos sino como partes integrantes del enorme poder de la naturaleza. La técnica meticulosia e innovadora de Reguera está perfectamente adaptada para esta tarea. Reguera utiliza su cuerpo y su aliento, moviéndose alrededor de un cuadro, soplando pigmento seco sobre una superficie mojada. Como una tormenta de polvo, el pigmento se entierra y exagera los contornos de las capas originales de pintura y de la tela. Es una danza de accidentes controlados, como la naturateza misma. La topografía pintoresca resultante tiene una textura seca y sutli que absorbe suavemente la luz.

Los dramáticos cuadros bien afinados para esta exposición (la segunda muestra en galeria del artista en Washington, D.C.) constituyen otro avance impresionante en su dominio de materiales y técnica. La nueva obra aumenta el tono sustancialmente, a menudo con rojos feroces que arrasan hacia abajo y atraviesan rosas helados o neblinas de naranja brillante. Aquí, el artista parece acercarse más al incendiario primer resplandor crepusctlar. Más que nunca, Ios nuevos lienzos audaces, con sus conmovedoras salpicaduras de pintura y sus secas brisas de pigmento, demuestran la confienza madura del artista y el vigoroso placer en el acto de hacer cadros.

Emmanuel Kannt compuso estas palabras para su epitafio: "Los cielos estrellados en las alturas y la ley moral dentro llenan la mente con una nueva y creciente admiración y temor, mientras reflexionamos más frecuente y más seguramente." Con estas palabras, él resume una vida de búsquedas. Lo más importante, sugiere él, es la apreciación - la integridad de los sentimientos individuales incluso cuando se ven enfrentados con la inmensidad de la naturaleza y de la existencia. Como siempre, les pinturas de Reguera son un buen punto de partida para la segura reflexión que recomienda Kant.